Como comunidad o individuo, el uso de recursos naturales como la energía solar, eólica u orgánica para proporcionar energía a su hogar solo le traerá beneficios: un planeta más limpio y ahorros considerables en las facturas. La energía renovable es un recurso limpio y casi inagotable proporcionado por la propia naturaleza. Según los últimos datos facilitados por la Rama de Investigación y Energías Renovables, estos sectores aportan el 32% del consumo eléctrico de España.
Esto significa que la electricidad producida a partir de gas natural, carbón y combustible / gas natural se reemplaza por energía renovable en este porcentaje. Según datos de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), hace un año, las energías renovables representaban el 39,7% de la demanda eléctrica de la península: la energía eólica representaba el 19,2%, la hidroeléctrica el 14,1%, la solar fotovoltaica el 3%, y la energía solar térmica representó el 2%. La biomasa, el biogás, la energía hidroeléctrica y la energía oceánica se clasifican como “otras fuentes de energía renovable”, contribuyendo con el 1,4% restante. El uso de energías renovables es posible no solo en el sector industrial y a gran escala, sino también a nivel doméstico.
Una apuesta personal que tendrá dos efectos inmediatos. El primero, el medioambiental: no contaminan. Instalar tecnologías renovables en la vivienda es positivo tanto a escala local, en relación a la reducción de los contaminantes de la energía convencional, que tienen efectos sobre la salud, como de las emisiones de gases de efecto invernadero, que van a parar a la atmósfera. En segundo lugar, está el componente económico: ahorraremos en nuestra factura.
La combinación es la mejor manera de lograr el máximo ahorro. En la actualidad, las principales energías renovables que podemos aportar a la familia son la energía solar (fotovoltaica o térmica), la microenergía eólica y la energía de biomasa. En general, si estas instalaciones se realizan a nivel de comunidad vecinal (como instalación común, todos están de acuerdo), se puede lograr una solución más efectiva y completa. También es posible cambiar a fuentes de energía renovables solo en nuestros propios hogares. Antes de cualquier instalación en nuestro hogar, lo mejor es consultar a la comunidad de propietarios y al ayuntamiento correspondiente para evitar problemas.
En una situación u otra, debemos considerar factores como la disponibilidad de espacio, la orientación de la casa, su ubicación y las características climáticas del lugar donde vivimos.
Placas solares fotovoltaicas
Según datos de la Comisión Europea, instalar un panel solar fotovoltaico de 4,5 kilovatios y una batería en el hogar puede conseguir una tasa de autosuficiencia del 75%, lo que significa que se puede ahorrar una gran cantidad de electricidad cada año.
Si la energía fotovoltaica se combina con baterías solares, podemos tener energía renovable durante todo el año, incluso en invierno, porque la energía sobrante del verano se acumulará en ella cuando se necesite.
El consumo de este tipo de energía renovable no será muy caro porque, como apunta APPA, su coste se ha reducido en un 85% en siete años, por lo que es una alternativa muy competitiva a la generación de energía contaminante en la actualidad. A nivel científico, incluye la conversión directa de la radiación solar en energía eléctrica. Es en un país como el nuestro, donde hay tantas horas de sol todos los días, el sol tiene un gran potencial como generador de energía. Por eso una buena solución es instalar placas solares fotovoltaicas en nuestro tejado (si vivimos en una vivienda unifamiliar) o en nuestra terraza o balcón (si vivimos en un piso). La más ideal es la dirección sur, sureste o suroeste.
Energía solar térmica
La energía solar térmica nos permite calentar agua para diversos fines, reduciendo las facturas hasta en un 70%. Desde 2007, todas las casas de nueva construcción deben instalar paneles solares para proporcionar agua caliente sanitaria a la familia. Sin embargo, si su casa es más antigua, también puede optar por utilizar esta energía.
Este tipo de dispositivo consta de paneles planos (de apariencia similar a la fotovoltaica) en el techo a través de los cuales circula el líquido (a veces directamente como agua potable). Cuando se expone a la radiación solar, el líquido se calienta y luego esta temperatura se utiliza para lograr el agua caliente sanitaria y la calefacción.
El espacio y la ubicación requeridos serán los mismos que los requeridos para la energía solar fotovoltaica.
Minieólica
Utiliza los recursos eólicos mediante el uso de turbinas eólicas con una potencia de menos de 100 kilovatios. Si vive en un área con vientos frecuentes, esta puede ser la mejor opción.
Una pequeña turbina eólica genera suficiente energía para alimentar hogares de bajo consumo energético. Aunque esto, por supuesto, depende del viento que sople, el sistema actual es altamente optimizado, liviano, silencioso y eficiente. El sistema más compacto puede generar hasta 5 kW de potencia y solo necesita una velocidad del viento de 2 m / s para comenzar a generar energía, lo que equivale a la velocidad de una persona que camina rápido.
Es difícil hacer un buen uso de él en las grandes ciudades, porque el edificio en sí es un obstáculo. Para instalar esta tecnología, se requiere un espacio abierto, como un techo, terraza o jardín, para instalar el generador y la torre.
En primer lugar, lo mejor es ver si existe normativa urbanística en esta zona, porque estamos hablando de una instalación de pocos metros de altura, lo que definitivamente afectará a la imagen del edificio.
Biomasa
En comparación con el diésel, la biomasa puede ahorrar hasta un 66% en la generación de calor. Las estufas o calderas convierten este material vegetal o animal (incluidos los desechos orgánicos y los desechos) en energía limpia y barata. Mediante la combustión de biomasa, obtenemos energía térmica, que se utiliza para calentar la casa y producir agua caliente sanitaria.
Si vive en un apartamento, solo puede beneficiarse de él si su casa tiene una salida de humos separada en el techo del edificio. Si el edificio no tiene estos respiraderos, puede instalar estos respiraderos, pero debe obtener permiso del ayuntamiento y las comunidades cercanas.